Una balanza analítica es una clase de balanza
de laboratorio diseñada para medir pequeñas
masas, en un principio de un rango menor del
miligramo (y que hoy día, las digitales, llegan
hasta la diezmilésima de gramo: 0,00001 g o
0,01 mg). Los platillos de medición de una
balanza analítica están dentro de una caja
transparente provista de puertas para que no
se acumule el polvo y para evitar que cualquier
corriente de aire en la habitación afecte al
funcionamiento de la balanza. (A este recinto
a veces se le llama protector de corriente,
draft shield ). El uso de un cierre de seguridad
con ventilación equilibrada, con perfiles
aerodinámicos acrílicos diseñados
exclusivamente a tal fin, permite en el interior
un flujo de aire continuo sin turbulencias que
evita las fluctuaciones de la balanza y que se
puedan medida de masas por debajo de 1 μg
sin fluctuaciones ni pérdidas de producto. Además, la muestra debe estar
a temperatura ambiente para evitar que la
convección natural forme corrientes de aire
dentro de la caja que puedan causar un error
en la lectura.
La balanza analítica electrónica mide la fuerza
necesaria para contrarrestar la masa que está
siendo medida en lugar de utilizar masas
reales. Por ello deben tener los ajustes de
calibración necesarios realizados para
compensar las diferencias gravitacionales.
Utilizan un electroimán para generar la fuerza
que contrarreste la muestra a medir y da el
resultado midiendo la fuerza necesaria para
equilibrar la balanza. Tal dispositivo de
medición se denomina sensor de restauración
de fuerza electromagnética.
Fue desarrollada alrededor de 1750 por el
químico escocés Joseph Black y al ser mucho
más precisa que cualquier otra balanza de la
época, se convirtió en un importante
instrumento científico en la mayoría de los
laboratorios de química.
martes, 4 de noviembre de 2014
Balanza analítica
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