martes, 4 de noviembre de 2014

Balanza electrónica

Las balanzas electrónicas son balanzas
caracterizadas porque realizan el pesaje
mediante procedimientos que implican sensores .
Las mismas se establecen como una alternativa a
las balanzas de índole mecánica, que tiene el
mismo cometido pero se fundamentan en un
juego de contrapesos. Las balanzas electrónicas
pueden llegar a tener una exactitud notable y un
precio razonable, hecho que las posiciona muy
bien en el mercado. Como contrapartida, pueden
sufrir una mala calibración momentánea,
circunstancia que haría necesario un trabajo de
mantenimiento. Las balanzas electrónicas suelen
ser muy prácticas para la medición de pequeños
pesos, como aquellos que responden a
necesidades de comercialización de productos
para alimentación.
Las balanzas son un elemento que puede
encontrarse ya en épocas remotas. En este caso,
armaban un sistema de contrapesos para conocer
cuánto pesaba un objeto determinado. Así, tenían
dos platillos, uno en donde se ponía un peso
conocido y otra en donde se ponía un peso
desconocido; cuando se equilibrasen los platillos,
se conocería el peso del producto que se buscaba
evaluar. Con pequeñas diferencias, el mismo
principio se usó una y otra vez en las balanzas
mecánicas, cada vez con un mayor grado de
precisión. No obstante, con los adelantos
técnicos, la balanza electrónica vino a ofrecer
una alternativa a este viejo sistema.
La balanza electrónica, a diferencia de su
antecesora, utiliza un sensor para conocer el valor
del peso que se deposita. El mismo envía
distintas señales eléctricas en función del peso,
señales que serán digitalizadas y decodificadas
por un pequeño procesador. El valor resultante
será mostrado en una pequeña pantalla LCD. Es
por ello que este tipo de elementos necesitan
electricidad para su funcionamiento. Si la balanza
está calibrada, la exactitud puede ser muy aguda,
hecho que hace de este tipo de elementos muy
valiosos para distintos ámbitos posibles de
trabajo.
El surgimiento de un artefacto como la balanza
dista de ser accidental. En efecto, ya desde
tiempos remotos existía una necesidad concreta
que satisfacer, la de tener una referencia exacta
de los distintos pesos para poder comerciar
distintos productos. Este hecho hizo que la
medición sea cada vez más precisa. Hoy en día,
con las modernas balanzas digitales, esa
intención primigenia se ve satisfecha en buena
medida y con posibilidades futuras de mejora.
Quizá el único problema de las mismas es la
descalibración que pueden sufrir en determinadas
circunstancias; no obstante, siempre existirán
variantes mejor diseñadas como para hacer más
improbable este tipo de inconveniente.

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